Arnold Jacob "Red"
Auerbach, fue un entrenador de la NBA de baloncesto de mediados del SXX. Será
recordado como el pionero del baloncesto
moderno, redefiniendo este deporte como
uno dominado por el juego en equipo y la buena defensa más que por el trabajo
individual.
En una entrevista a principios de este siglo, él relató la siguiente
historia:
En
cierta ocasión, un jugador me dijo que no estaba anotando suficientes canastas
y que su contribución al equipo se le antojaba pequeña. Le contesté que yo
estaba muy contento de su contribución: cogía rebotes, corría hacia canasta
contraria y hacía pases de gran valor.
"Pero
no encesto", insistía él.
"Ese
es tu problema", contesté, "te preocupas sólo de las estadísticas y
lo que queremos son todas tus otras contribuciones al equipo".
"¿De verdad que no importa que no anote
puntos?", inquirió el jugador.
"En absoluto", afirmé.
Tenías que haber visto su expresión. Sus
resultados en la cancha todavía fueron mejores y su única preocupación era que
ganáramos el partido, no los puntos que pudiera anotar. A partir de ahí, él
empezó a hablar de "nosotros" y ya nunca de "él".
Y ahora vosotros, mentes inteligentes sin duda, os estaréis preguntando:
“¿y el friqui este, para qué nos cuenta
semejante milonga?”
Pues bien, me estaba leyendo el libro en el que aparece esta entrevista,
y he entendido que la lección a aprender de ese texto, poco o nada tiene que
ver con el basket (en concreto) y sí con el deporte en equipo en general,
hablemos de la especialidad que hablemos.
En todos los órdenes de la vida hay roles –sobre todo en relojerías… (ufff
lo siento, si no lo decía reventaba)-, y un equipo deportivo no es menos.
En un club deportivo, al nivel que sea, siempre vamos a encontrar al que
tira del carro, el líder. Un buen líder es aquél al que todos se quieren
parecer, al que los demás obedecen cuando las cosas van bien y en el que todos
confían cuando las cosas se ponen difíciles. Sin embargo, desde mi punto de
vista, el rasgo que le hace a un líder diferenciarse
de otros no tan buenos, es la capacidad
de hacer mejores a aquéllos de sus compañeros, que bien porque son nuevos, o bien porque
no tienen tanta facilidad para anotar, derribar, embocar o de lo que se trate
el deporte en sí, no pueden aun comportarse como aquél.

Después del líder están los que en no tardando mucho, por su capacidad
de aprendizaje, por su esfuerzo o por ambas, serán colíderes en un tiempo.
Por último están aquellos que aun les falta formación y experiencia pero
vienen desbordados de ilusión y entusiasmo por aprender y mejorar, aquéllos que
al ver a los que juegan mejor, sueñan con ser algún día como ellos. Sin duda,
ningún club deportivo llegará nunca a nada si no tiene gente así, porque
amigos, ellos, son la viva imagen del club cuando, dentro de unos años, líderes
y colíderes ya noten el paso de los años.
Es por ello que los cabezas visibles del equipo, tienen que desvivirse
por conseguir de ellos, una integración
adecuada dentro del equipo, generarles ilusión por lo que hacen, hacerles
mejores día a día y a la postre, hacer su viva imagen en ellos.
Me gustaría preguntarle a Kevin McHale, si él cree que podría haber sido
capaz de meter 56 puntos y capturar 16 rebotes en un partido si no hubiera
conocido a alguien como Bird. Seguramente no, porque fue Bird quien empezó a cambiarle su forma de ver el basket y el que le enseñó que nunca te puedes
conformar con lo que haces en un partido, porque de esa forma llegarás a ser un
don nadie.
Vosotros, que de tontos no tenéis un pelo, ya sabéis que yo no pego
puntada sin hilo y que este rollo tendrá que venir a cuento de algo.
Pues como siempre, tenéis razón. Este año hemos aprendido algunas cosas
(y las que nos quedan, que no es raro, dado que como Club, nuestra historia se
reduce a 4 años).
Nuestro Club se creó para que gente variopinta, jugase al bowling bajo
unas premisas básicas:
- Pasarlo bien.
- Disfrutar del bowling
- Tener buen rollo entre compañeros
- Aprender lo que se pueda
- Y ganar lo que nos dejen
… y por ese mismo orden.
Entiendo que haya gente más competitiva que reordene esas premisas y a lo mejor, no se sienta cómodo jugando de esta forma, lo que ya
no entiendo tanto, es que haya elegido un Club como el nuestro, donde desde el
principio informamos a toda la gente que quiere entrar, que las condiciones son
esas. De hecho, algunas de las personas que votaron a favor de los estatutos que
rigen hoy el Club, están pensando en irse por tener que cumplir algunos de
ellos.
Por un lado nos apena, porque no deja de ser gente que ha dado parte de
su tiempo y su bowling para este Club, pero por otro lado, el mero hecho de que
se encuentren incómodos con algunas cosas, incumple el primer y esencial
requisito para estar en Pin Ocho.
Es por ello que a final de temporada, es más que probable que haya una
catarsis y varios miembros abandonen el Club, quedándose tan sólo aquéllos, que
sabiendo punto por punto lo que se busca en este Club, esté de acuerdo con todo
ello y además piense que es lo mejor para este deporte, ya que
quien lo respeta por pertenecer al Club, pero en realidad no piensa que tendría
que ser así, a la larga, tal y como nos muestra nuestra corta experiencia, terminará por incomodarse e irse.
Y ahora
os dejo que relajéis la vista (ya era hora!!!), dentro de no mucho tiempo,
igual durante esta semana, os contaré cómo han ido las últimas jornadas.
Hasta entonces… Besotes a ellas y abrazos a ellos.
Carlos.
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